5 retos de la industria naval-marítima y portuaria
La industria naval y el transporte marítimo tienen una trayectoria consolidada, siendo una actividad tractora en la economía de muchos países. Hoy en día, se trata de un sector que se enfrenta a muchos desafíos relacionados con la descarbonización, la llamada economía azul y la innovación necesaria para mantener la competitividad en un entorno cada vez más globalizado.
Cada vez más, los buques deben responder a normas más exigentes que minimicen el consumo de combustible y tiendan a la neutralidad de las emisiones y la descarbonización. La introducción de la digitalización y la tecnología es otro reto en un sector que suele operar con astilleros de larga trayectoria que se enfrentan a un cambio en su forma tradicional de operar.
Asimismo, en los últimos años, el sector naval ha desarrollado innovaciones relevantes en el campo del diseño de buques, baterías para la electrificación de buques, nuevos combustibles, puertos ecológicos y logística inteligente que están promoviendo una cadena de suministro más sostenible.
1. Descarbonización
Como todas las demás industrias, el naval y el transporte marítimo deben adaptar sus modelos productivos a las nuevas exigencias climáticas implantadas en los acuerdos internacionales. Así, por ejemplo, desde enero de 2020, todos los barcos deben utilizar carburantes con un contenido muy bajo de azufre, según las normas de la Organización Marítima Internacional, quien espera que tenga importantes beneficios para la salud y el medio ambiente en el mundo, en particular para las poblaciones que viven cerca de los puertos y las costa.
2. Nuevos sistemas de propulsión
El motor diésel ha sido durante años el sistema de referencia para el transporte marítimo. Sin embargo, debido a las exigencias medioambientales, están surgiendo alternativas como los biocombustibles: biodiésel y bioetanol. El biodiésel procede de grasas animales y aceites vegetales o por la fermentación de fuentes renovables de azúcar o almidón, como son la yuca, maíz, remolacha azucarera, caña de azúcar y trigo. Así mismo, el gas natural líquido se está utilizando sobre todo en ferrys y barcos que hacen trayectos cortos (debido a la inexistencia aun de una red global de puntos de recarga). Por otra parte, el sector explora también fuentes más sostenibles como la propulsión nuclear o la instalación de energías renovables, aunque por ejemplo la instalación de paneles solares a bordo es aun compleja y puede afectar considerablemente a la estabilidad del buque.
3. Electrificación
Al igual que en la automoción, el barco eléctrico apunta hacia una posible gran revolución del sector, aunque es cierto que esta industria su aplicación es más compleja. Sin embargo, en los últimos años se ha experimentado ya un crecimiento en la producción y compra de barcos eléctricos de recreo y pequeñas embarcaciones de pesca, y otros buques de mayor envergadura están ya probando soluciones completas o al menos híbridas que suponen un antes y un después para la sostenibilidad de la industria marítima.
4. Barcos no tripulados
Aunque el término no tripulado está más comúnmente asociado al espacio aéreo (drones), la industria naval está también avanzando en la idea de buques que no precisen de piloto. Basado en tecnologías como la inteligencia artificial, ya hay compañías de ferrys, por ejemplo, que están operando rutas de corta-media distancia con un piloto automático.
5. Innovación
Como en cualquier otro sector, la necesidad de renovarse y seguir innovando para una mayor productividad y sostenibilidad se ha vuelto un requisito indispensable. A pesar de su larga trayectoria, la construcción de buques, la logística avanzada en los puertos o el transporte de pasajeros y mercancías deberán seguir la actual senda de constante innovación para preservar su competitividad y mantenerse al día con las novedades y cambios que demanda la economía a nivel mundial.